Según Scott Neustadter (aka. El hombre que
parió el guión de [500] days of Summer), toda la trama se basó en una relación
que sostuvo en la vida real con una tal Jenny Beckman.
Bitch.
En un sondeo (imaginario) realizado entre el
2009 y hoy, el 99.98% de los hombres que vieron la película describieron al
personaje de la Deschanel como “Aj, perraza”.
¡Obvio!, Si la tremenda calienta bolas se metió
con el pobre e indefenso Tom para luego desecharlo como un tampax y largarse
con otro ¿no? O sea, yo sé, a ti todos les ha pasado y es la webada más
fea, broder. Así son las flacas. Vao a Matadero, a ahogar las penas.
Pues no, mi estimado Sciurus Vulgaris aka Ardilla en Celo, Summer (o Jenny Beckman) no era una perra... (y es más facil que
descubran Atlantis antes de que te ligue un rebound decente en Matadero)... era
una mujer perspicaz.
A pesar de que te identifiques con él, Joseph
Gordon-Carechibolo-Levitt tampoco es tu Super Yo mejorado. Es tan sol un mínimo
estereotipo de los Young Adults del siglo XXI que curiosamente esconde el
99.98% (no imaginario) de razones por las cuales simplemente no te atraca.
Aquí los síntomas de por qué tu última relación terminó con Hero de Regina Spektor de fondo musical.
- Te
vistes como si tuvieras 7 años:
No, quizás tu mami ya no te viste con
overol de OshKosh B’gosh pero una vez que deja de hacerlo, el atuendo diario de
un hombre entre los 8 y 29 años es tan variado como logo de la General Electric en
los últimos cien años. O sea, el combo jeans, zapatillas, polo y un Terno Todo
Terreno que sirve para, bueno, todo: chamba/confirma/matri/prom. La única vez que sales a
comprarte ropa es cuando tu vieja te obliga o el hueco en [insert name of
garment here] ya no se puede caletear.
Tom y su pinta de recursero hipster
tampoco funcionaba. Conclusión: Hazle un favor a la
humanidad y deja de vestirte como los chibolos de Rocket Power. Cómprate un fakin blazer.
- Te
haces el que te la sabes todas
aka. no tienes gustos propios:
Manya, le gusta la música
indie, las pelis caletas y lee a Nish (o sea Nietzsche). Procedes entonces a
presionar inmediatamente Delete en tu carpeta de Intereses Personales y devorar Terabytes
enteros de todo lo que le podría interesar a la susodicha. ¿Para qué?
Para que después puedas lucirte frente a ella como un prepotente (con cara de You Must Be New Here) con toda tu sabiduría
sobre la Eusebio Sábato o era
Ermenegildo?, Flight of The Concords y webadas por el estilo. Eso no sólo
acabará intimidándola sino que dejará en evidencia el siguiente síntoma:
- Te
llega al pincho tu carrera/chamba y tu nivel motivacional se aproxima al
cero absoluto.
Si crees que Tom era el Ultimate
Victim of the Century y el mesías de los solteros, take a closer look. El pata
se había soplado una carrera de arquitortura
entera para terminar chambeando en la empresa de trogloditas que inventó “Hoops
& Yoyo”. Eso a una mujer y a la
humanidad entera le huele a algo: Alpinchismo.
¿Será que a la larga me mande al
mismo tacho que todas sus maquetas y trabajos de taller? Who knows, girl. Mejor
no arriesgarse.
- Juras
que tus patas son Love Gurus.
A menos que seas BFF de Morgan
Freeman o Al Pacino, puede que los consejos de tus patas sean half-hearted y
que estén diseñados para que ellos se vacilen mientras tú haces el ridículo. En
las comedias románticas y Ted nunca falta el amigo imbécil que cambió las
bolas por un llaverito de Bros before Hoes y te hace creer que cualquier
mujer no es más que una comodidad sexual fácilmente reemplazable. ¿Quién está
usando a quién como tampax ahora?
- Ves
demasiado porno:
Te tengo una noticia que quizás te
duela tanto como cuando te dijeron que Papá Noel no existía: La vida no es tan “bonita”
como el minuto cuarenta y ocho que duró tu muestra gratis de [insert adult site
here]. Si juras que todas las chicas son unas dominatrix natas que no
conocen la palabra consecuencia o precaución, es porque probablemente no eres lo suficiente
maduro para estar con una. Que la mujer en cuestión te haya mirado/hablado/sacado
a bailar no significa necesariamente que quiera the D ni ninguna otra letra de tu abecedario. Lamento ser tu versión femenina de Morpheus pero la pastillita roja para salir de la Matrix es la siguiente: Si quieres llegar a algo vas a tener que chambearla un poquito bastante
más.
- Te
precipitas a la velocidad del neutrino:
La invitaste a salir y ya le estás
escribiendo una oda? Fueron dos veces al cine y te imaginas lo hermosa que se
verá en su vestido de novia? Van a IKEA o su equivalente lorcho y ya te
imaginas a los dos viviendo en una hermosa casita de los suburbios con una Chinese Family
incluída? Entonces mi querido Stanley Kubrik, métele un ralentí a tus 35mm y organiza tus
prioridades que están más inestables que juego de Jenga después de 5
shots. Pero tampoco es para que nos
vayamos al otro extemo, es decir:
- La
craneas como si Rodin te hubiera procreado:
Self explainatory. La razón magna de
por qué Summer se aterró de Tom y lo dejó más plantado que ficus en el mercado
de Santa Rosa es porque el pata se hacía demasiadas bolas. Pensarla en exceso
es síntoma de baja auto-estima, así como pensarla poco y sucumbir al paso 6 es
síntoma de inestabilidad mental.
Si encuentras que te tiemblan las
manos al responderle un WhatsApp o te psicoseas cuando pasa al lado tuyo, alto
ahí. Algo no está bien. No, con ella no. CONTIGO.
Tal vez no te estás dando el espacio que
necesitas. Estás haciendo tarjetitas de San Valentín cuando deberías estar
construyendo lofts en Manhattan o viceversa. Es por eso que terminas metiendo las cuatro patas a fondo y las flacas salen totalmente despavoridas. It’s time to put some balls on y
aprender a usar las armas que sí sabes usar.
-xx-xy-xx-xy-
Así que ya sabes. Antes de condenar
a tu Summer a los mil infiernos o ir de frente a buscar a tu Autumn pa' que se repita la historia,
date un auto bro-slap y considera esto: Si las mujeres nos esforzamos en caminar
en taco 12, lo mínimo que puede hacer un hombre es usar la cabeza no, esa no, la
de arriba y tomar en cuenta estos pasos antes de lanzarse al vórtex.
Con Amor Narcótico,
La Doble X